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Las falsificaciones de pinturas cubanas

Una gran cantidad de obras de las artes plásticas cubanas falsas pujan por entrar al mercado, algunas de tan buena factura que a veces los expertos no las detectan a tiempo. Ramón Cernuda, considerado uno de los más importantes galeristas y comerciantes de arte cubano, a pesar de su experiencia dio como buena una pieza del pintor contemporáneo Tomás Sánchez, la cual adquirió en 1992 de otro galerista del sur de la Florida, pero no lo era. Las piezas de Sánchez han alcanzado precios récord de hasta 310 500 dólares en Christie's.
Además, entre las más falsificadas están las obras de Esteban Chartrand (1825-1889), Amelia Peláez (1896-1968), Mariano Rodríguez (1912-1990) y René Portocarrero (1912-1985) , y Mario Carreño (1913), cuyas piezas ‘Patio Colonial Cubano’ y ‘El Guitarrista’ alcanzaron los precios, de 442 500 dólares en Christie’s, y de 456 000 dólares en Sotheby’s, respectivamente.
Ello ha llevado a galeristas y casas subastadoras a tomar extremas precauciones para la venta de las piezas de artistas cubanos, ya que no sólo se falsifican las obras sino además los certificados de autenticidad y procedencia que emiten los especialistas. Además de esto, exigen el peritaje de la obra por varios medios y en especial la ‘autenticación’ de la cadena de posesiones de la obra, es decir su proveniencia. (Para más información contactar a la autora del blog en autoresdecuba@gmail.com)