En la década de 1940, uno de tantos brillantes compositores cubanos del momento, el holguinero Mérido Gutiérrez, en uno de sus viajes a New York, lleva consigo la pieza Mona Lisa concebida originalmente en español, como balada criolla de amor para piano con tono suave y aterciopelado.
Allí conoció a varias personas relacionadas con el mundo de la música, entre ellas Jay Livinston y Ray Evans, y también al hermano del primero Alan Livinston (Antiguo Presidente de Capitol Records), quienes se dedicaban a “obtener” los derechos de obras de terceros para su "adaptación" al medio norteamericano. Mona Lisa se daría a conocer al mundo en la versión al inglés que Nat King Cole inmortalizara. (Para más información contactar a la autora del blog en autoresdecuba@gmail.com)